Entras en la habitación de tu hijo. El caos habitual. Recoges restos de comida, ropa desperdigada, abres el armario para ponerlo todo en su sitio... y lo ves. Y entonces te das cuenta de una horrible verdad: tu propio hijo puede ser un peligro. Stephanie Maddox dirige el Departamento de Asuntos Internos del FBI, donde supervisa que todos sus compañeros cumplan las reglas. Llegar hasta aquí le ha costado casi dos décadas de trabajo duro y sacrificios personales, como la relación con su hijo adolescente, Zachary, que espera con nervios su admisión a la universidad. Como madre soltera, Steph se perdió muchos eventos escolares, cumpleaños y vacaciones, pero la verdad es que movería cielo y tierra por él, incluso lo protegería de un terrible secreto de su propio pasado. Nunca se pudo imaginar que Zachary guardaría sus propios secretos.